La carne es algo importante en mi vida, me encanta darme el tiempo en el supermercado para elegir un buen trozo de carne, mirarla bien, buscar una con un buen marmoleado (grasa infiltrada), del grosor justo, alta para cocciones lentas a la parrilla, o delgadas para un aperitivo carnívoro. Soy un estudioso dedicado, tengo varios libros cuyo tema principal es la carne y el fuego, además ando buscando novedades y cortes nuevos para probar.
Por todo lo anterior, ir al Ox es una maravilla. Un lugar donde le rinden culto a la carne, donde la tratan con cariño, donde la estudian, donde se la juegan inventando cortes nuevos. Donde el punto de cocción es arte, donde se usa la sal en su grado justo.
Partimos con una serie de platos para compartir para abrirnos el apetito y llegar al plato de carne perfecto al final.
Primero, un refrescante y andaluz gazpacho, sopa fría de tomate y pepino que debería popularizarse mas en los restaurantes de Santiago, sobre todo con este calor. Seguimos con unas patas de centolla con ensalidita de berros y un chupe de pinzas de jaiba a la mantequilla clarificada. Seguimos con un arroz negro con choritos, una gran e inesperada combinación.
