Almorzando en Adra y Wine365 a la vez
Muchas veces pasé por fuera del Ritz-Carlton y quise conocer sus tan renombrados restaurants, pero en esos tiempos no resultó pues no me atrevía a entrar sin antes estar seguro exactamente dónde quedaban ubicados.
Ahora que no voy tan seguido a Santiago, tenía que aprovechar la oportunidad dada por una reunión de trabajo justo frente al hotel, por lo que siguiendo los pasos de la reciente visita de Jaime me dirijo directamente donde creo que es y le achunto a la primera (por suerte). El ingreso a los restaurants es por la entrada principal de la calle lateral (en la foto de abajo) y luego a la izquierda de la recepción por el pasillo. Llego algo temprano y debo esperar unos minutos, pues abren a las 12:30, por mientras aprovecho de copuchar las cartas.
A la hora indicada, hacen pasar explicando que justo están remodelando el salón del Adra (hasta ese día), por lo que tenían cerrada un área y que en el salón atendían con las cartas tanto del Adra (fine dining) como para Wine 365 (más informal). Esta remodelación coincide con el cambio de carta vigente desde el año pasado, por lo que si usted lo visita posteriormente, es muy probable que los platos/precios aquí mencionados ya no estén disponibles.
Ni corto ni perezoso pregunto por las cervezas y me cuentan que tienen en exclusiva la Mahina de Isla de Pascua (¿hacen cerveza en isla de pascua?), la misma que estuvo en Malloco, tienen disponibles las 2 variedades: la Pale Ale de 4,8% y la Stout de 6,8%. A pesar del día frío, me decido por la Pale Ale ($3.400), se llevan las botellas presentadas y traen
la elegida servida en vaso alto aflautado.
Para empezar caigo en la carta del Wine 365 y de las entradas del mundo, voy por Chile con unos camarones al pilpil ($3.900). Servidos con tostadas crujientes (no quedó ni una), los camarones de buen calibre con ajo y merkén en un bisque de los mismos camarones y los sospechosos de siempre.
Me cambio a la carta del Adra y pido unas Pantrucas ($4.500), muy ad-hoc para el día helado. Al servirlo no lleva plato bajo, pues el plato hondo gigante evita que nada caiga afuera. Arvejitas al dente, todas las verduras en un brunoise casi milimétrico y las pantrucas de 2x2 no blanduchas ni resbalosas en un caldo de malaya cargadito al comino y otros condimentos que nuevamente hizo transpirar.
Cuando ya me había decidido por la Hamburguesa Ritz-Carlton ($6.500) de la carta del Wine 365, noto que en la del Adra tienen una Plateada de Wagyu con risotto de champiñones y salsa de oporto ($7.800) -muy parecido al filete de Jaime- y me cambio sin pensarlo. El risotto cremoso y en el punto esperado, la carne muy buena, blandita y sabrosa y la salsa que une todos los ingredientes perfectamente, terminé el plato sin dejar huella, aunque a estas alturas ya era gula pura.
Mientras espero el postre, tengo la oportunidad de conversar con Tomás Olivera, quien a pesar de estar a manos llenas en la cocina (Está terminando de montar un plato) y con varios periodistas por la carta nueva, de todos modos se hace un tiempo para acercarse a sus comensales. Conversamos y me cuenta algo de la carta que se viene y sus planes e ideas a futuro, muy simpático y empeñoso este cabro, jajaja. Luego de echar la talla un buen rato, vuelve a sus ollas y micrófonos, pues el postre ya venía en camino.
Me había tincado del Wine 365 el Crème Brûlée ($3.900), pero me sugieren del Adra una trilogía de ídem ($5.200) y nuevamente no dudo en cambiarme. La trilogía constaba de Crème Brûlée de Late Harvest, de Lúcuma y de Pisco Sour. Parto de izquierda a derecha, el de Late Harvest muy suave, con el gustito del vino dulce. Paso al de Lúcuma con una bola de turrón cremoso y nueces pecana (creo), la crema también de sabor suave y delicioso. Paso al de pisco sour que venía con hilos de cáscara de limón caramelizados con granos de azúcar pegados. El sabor ácido e intenso me mató el gusto suave que traía de los otros 2 anteriores. No me lo pude comer, probablemente sea del gusto de otros paladares más ácidos.
Con todos los platos y extras pedidos, la cuenta final fue de $27.300 $27.000 antes de propina.
Todos los postres del Adra costaban $5.200, los del Wine 365 entre $3.500 y $3.900. En el Adra tienen menú degustación de 9 tiempos sin vino ($40.000) y con vino ($50.000). La muy amplia selección de vinos es la misma para ambos restaurantes (además de otros recursos compartidos). En el Adra había varios otros platos típicos como Prietas con papas Salteadas ($12.500), Camarones de río Salteados con porotos guisados ($12.500), tomaticán con papas doradas ($9.500), Asado de Tira de Ternera, reineta con Puré de papa de apio, lenguado, congrio y más.
Ahora, la idea de tener comida chilena en restaurants de hotel 5 estrellas (a diferencia de otros restaurants de hoteles), es que los extranjeros que lleguen a alojar no tengan que ir más lejos para poder degustar lo bueno de la cocina nacional, iniciativa que se aplaude y agradece.
Finalmente luego de hora y media, salí con una sonrisa y las ganas de volver a probar esa nueva carta y sus sorpresas.
Adra/Wine 365, Hotel Ritz-Carlton, Calle El Alcalde 15 con Apoquindo 3350, Las Condes, Santiago Chile. Salida Metro El Golf. F: 056-2 4708500. WEB.
Disclaimer: Sí, las fotos son de teléfono, sorry.
ANTERIOR: No me Olvides PRÓXIMO: Doña Isabel
GERMÁN