¿ La mala suerte existe? v/s Las coincidencias no existen
"Qué eres pesimista, te quejas por todo, tuviste mala suerte ...." es lo más suave que escuché cuando osé contar la frustrada noche en un restaurante de Santiago.
En Vitacura existen locales de mantel largo donde va el jet set criollo y donde puedes PERDER 40 o 50 luquitas para 2 comensales. El área estaba repleta y me imagino que al menos estos fulanos conocidos reciben servicio, porque el restaurant que pelaré no tuvo ninguna consideración ni respeto por mortales corrientes de carne y hueso.
Nosotros con reserva y ellos con la mitad del local pelado osaron sentarnos en la última y oscura mesa al lado de los tenedores, paneras y alcuzas, ocupando la mitad del pasillo frente a los baños y cocina, haciéndonos tragar bocanadas de pescado y machas a la parmesana, combinados con olor a huevo duro y a veces podrido!
Cuando solicité un cambio me dijeron: "está todo reservado" y yo dije: "¿pero están seguros que todos llegarán?" A esas alturas YO estaba dispuesta a comerme todo su festival de atunes y dejar suculenta propina, pero NO, estaban los que brillaban por su ausencia y SI merecían, el gerente hizo oídos sordos al valor del pájaro en mano...
No me quedó más que apelar a mis modales de colegio de monjas y resignada opté por no arruinar lo que sería tremenda velada, pero poco duró.... pedí por última vez me cambiaran y después de tramitarme como para la beca presidente de la república decidimos marcharnos, al mal servicio se sumó el pan duro y la inexistencia de una carta con los precios de los atunes que publicitaban.
Recibir pan malo y detectar que el baño está poco aseado les pueden salvar de un pobre servicio y hasta de un dolor de estómago: el pan añejo obedece a una política de usar sobras y la poca limpieza del baño indica que seguramente llega a los demás rincones hasta la cocina.
Para algunos existe la mala suerte, para mi son buenos o malos negocios, porque las coincidencias no existen y dudo que este restaurante tenga alguna esperanza de vida, apelo a la sensatez e inteligencia de nosotros "los clientes" que no debemos aguantar que echen mano a las sobras del día o a comer mal cuando comemos muy bien en casa y salir a un restaurate debe ser siempre un placer no una fatalidad.