Tenía ganas de conocerlo, les describo a continuación mi experiencia. En cuanto a la decoración y ambiente es más bien clásico con aires de sostificado, una buena barra, luz tenue pero que curiosamente no da sueño (siempre pasa cuando la luz es muy baja). Inmediatamente el somelier te orienta con el tema de los vinos (siempre es complicado para mi elegir). La atención excelente sin ser cargantes, ya que te dan todo el tiempo necesario para pedir (no como en otros lugares en que te preguntan a cada rato ¿le tomo la orden? interrumpiendo la conversación) y sólo basta una mirada y llegan a escribir el pedido, sutileza que se agradece. De entrada pedí en tártaro ($6.200) que estaba muy bueno y de fondo filete de vacuno con puré de olivas ($9.200), formidable! la carne en su punto y el puré estaba fabuloso. Probé un arroz verde que viene con la corvina que estaba sencillamente exquisito. En cuanto a postres no tengo comentarios ya que no ordené. La música muy buena, ahora que lo pienso tal vez es por eso que no me dio sueño con el tema de la iluminación. Es entretenido el lugar ya que me encontré con varias pesonas conocidas de antes. La cuenta salió $47. y tanto, para 2 personas.
PERO, ahora viene lo lamentable y voy al grano...¿baños compartidos?, ¿qué? si, es así. Subí a retocar mi maquillaje y estaba sumamente incómoda con la sola idea de que podía entrar un hombre. Está bien el tema de innovar, pero NO, eso por lo menos para mi es inaceptable y crea sitauciones embarazosas. Lo único que falta es que ahora una le diga a su acompañante (como siempre se hace entre mujeres) ¿acompáñame al baño? Bueno, lo positivo de la ida al baño fue que en el camino uno puede ver la cocina y que la música se escucha perfecto en el interior, es decir no se pierde el ambiente que se crea en el restaurant.
Me quedo de todas maneras con el restaurant vecino "Emilio". y tal vez sólo por el tema del baño.
Comida: 6.0 lugar: 50 (insisto en el tema del baño) Atención 6.5
