Bravo por Francisca Urzúa y cocina Lapostolle - Valle Apalta

Escrito por: maria estela gi...
F21 Jul 2011
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Hola!!

Estuve 2 días en Casa Lapostolle de Apalta (sábado 16 y domingo 17 de julio, invitada por ellos, antes de que cerraran la temporada hasta septiembre) y como este sitio es de comida, quería compartir con LBV algunas cosas que me parecieron notables de la cocina de este lugar.

Por una cosa de fechas, me tocó disfrutar la mano de Francisca Urzúa, chef graduada del INACAP de Santiago pero oriunda de Santa Cruz, quien junto a otros 2 chefs se turnan la cocina del lugar, dicho sea de paso, el único Chateaux&Relais - sello de hotelería boutique de excelencia - en Chile. Hay que decir también que la dirección gastronómica inicial estuvo dada por Guillermo Rodríguez y que sobre esa base, cada chef va adaptando la cocina a los ingredientes de la estación, a ciertos acentos dados por la Madame de Lapostolle, Alexandra Marnier, y por el concepto de biodinámica que sustenta todo lo que hacen allí, desde los vinos, la cocina y las casitas.

Esto se traduce en aspectos peculiares como que cocinan sin ajo (y sin embargo, la comida es exquisita y sabrosísima); no usan más que queso de cabra (pues se considera que los quesos chilenos no están a la altura, bueno, ese tema da para otro discurso); la mayor parte lo que se come ahí es producido ahí, léase, miel, chocolates, huevos, yogurt, mermeladas, pan, algunas verduras y frutas. Se agradece.

No sólo probé y aprobé la comida, tanto almuerzos como cenas, sino que tuve la oportunidad de meterme a la cocina (algo que lo puede hacer cualquier huésped del lugar), ver cómo cocinaba mi almuerzo, hacerle preguntas a Francisca y, por si eso fuese poco, también me regalaron las recetas de lo que pedí. Específicamente estoy refiriéndome al budín de verduras que preparamos y a unas galletas de avena enviciantes, cuyo secreto se supone que reside en agregar el azúcar al final.

Puedo estar horas relatando los platos y, claro, los vinos que los acompañaron, pero voy a destacar, desde el aperitivo al postre, aquellos que más llamaron mi atención, tomándome para eso, la libertad de que el aperitivo no haya sido el mismo del que se acompañó con el plato de fondo. Aquí voy...y ya se me hace agua la boca.

Aperitivo:

Tostada de tomate y huevo de codorniz: ínfimo en tamaño, ideal como aperitivo, base crujiente y mezcla perfecta con la humedad del huevo tibio. Como acompañante: Casa Lapostolle Rosé 2009. 

 

Entrada:

Crema de zapallitos italiano - pincho de ostión.

Tomo una cucharada de esta crema y se me vienen mil sabores a la boca...trato de adivinar qué trae, qué secretos me está escondiendo. Pido una explicación a la chef...y me dice muy relajada que sólo es zapallitos, que cocina sin ajo...y que, ajá, su secreto es que cuece los zapallitos en leche! Será ese el secreto? No sé pero estaba exquisita. El pincho de ostión, pinchando justamente la crema, y adobado con merkén, era un buen acompañante.

Vino: Lapostolle Cuvée Alexandre Pinot Noir 2008.

Plato de fondo:

Salmón a las finas hierbas y salsa syrah sobre risotto de quinoa con champiñones y vegetales salteados. El salmón tenía un tono claro, nada estridente, lo cual me aseguró que no era hiper tratado, aunque sepamos que la mayoría de los salmones son como los pollos hormonizados. Todo en su punto justo de sal, de aliños...la verdad es que me sorprendía varias veces cerrando los ojos de placer.

Vino: Borobó 2008.

Postre:bombón de quinoa y helado de pistacho con ragout de frutos rojos.

La quinoa viene en molde pero en sabor se asemejaba mucho al arroz con leche. La mezcla con el pistacho sorprende pero va muy bien y los ragout, son un detalle que además de aportar acidez, refresca todos los postres, sonre todo cuando hay leches de por medio. Lo celebramos con un late harvest no tan dulzón, con toques perfumados. O sea, me tomé la copa completita!

Destaco también el hecho de que cada menú iba acompañado de una tarjeta con la descripción detallada de los platos, y de los vinos de acompañamiento. Hablando de vinos, yo me quedo con los Borobó, que parecían combinarse a la perfección dentro de mi paladar, ya estuviese comiendo carne roja, risotto o quinoa, no me pregunten el por qué, mi paladar puede ser bien loco!!!.

Para ir a la segura, les recomiendo llamar y reservar pues en ese aspecto Lapostolle aun debe afinar los controles. Otra novedad que recogí del viaje es que en octubre abrirán Casa Parrón, una casita primorosa de adobe que está a la izquierda de la entrada, antes de acceder a la colina donde está la bodega y el restaurant -residence de Casa Lapostolle, y donde se servirán almuerzos y menús más campestres, a precios más accesibles. Será sin duda un lugar ideal para comer bien y capear los calores del verano en esta zona.

Espero que muchos de ustedes puedan disfrutar esta experiencia pues lo que he relatado no lo disfruté sola, sino que quien me acompañaba, sin ser más que buen comensal, tuvo reacciones muy coincidentes con las mías. O sea, si no es uno, son 2...ya la cosa va mejor.

 

Dejo fotos porque además el entorno es envidiable y bien tratado.

 

Saludos,

 

María Estela GirardinIMG_2375.JPG1311300624071-IMG_2604.JPGIMG_2667.JPGIMG_2675.JPGIMG_2620.JPG

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