Ostras Azócar : un buen lugar donde comer mariscos
Considero que a pesar de lo más de
Anoche tuve la oportunidad de ir nuevamente a este restaurante, con unos compañeros de oficina (se rajó el jefe!!!).
Ubicado en un tradicional barrio de Santiago, el restaurante está emplazado en una antigua casa, de comienzos de siglo. El espacio interior es amplio y recuerdo al menos 4 salones distintos con mesas ligeramente separadas unas de otras. La decoración del restaurante debe ser una de los puntos mas bajos… es antigua y se nota !!! , en general está muy descuidada, las paredes claman por un retoque en la pintura y los adornos están muy mal cuidado.
Al entrar, y antes de cualquier otra actividad, los comensales son invitados (no se suma a la cuenta) a degustar 3 ostras acompañado de un pequeñísimo vaso de sauvignon blanc. Esta gracia del restaurante, si bien es cierto dista de ser gratuita, es bastante simpática y novedosa (lo de novedoso es para quien nunca ha ido, pues entiendo que lo hacen desde la década del 40), y se agradece.
Una vez en la mesa, solicitamos de entrada pisco sour para todos, acompañados de porciones de machas a la parmesana y de ostras nuevamente. Las machas, a mi gusto abusaban de la crema por lo que resultan un poco pesadas como aperitivo. Las ostras, frescas, grandes iban esta vez acompañadas de tostadas, muy buenas.
El pisco sour no fue del gusto de la mesa, reclamos variados para una bebida que definitivamente quedó a medio terminar.
De fondo solicitamos Imperial de Mariscos, que es un plato para compartir, que se ofrece en 2 tamaños, para 3 y 6 comensales. Es muy, muy bueno !!!!!
Cuando el garzón lo deja en la mesa, impresiona la gran cantidad de mariscos bastante bien presentados…. Incluye ostras, camarones de río, centolla, choros maltones, ceviches (2 tipos), machas a la parmesana, calamares a la romana y angulas, todo acompañado de 3 salsas (mayonesa, golf y tártara). Es una plato realmente exquisito, todo fresco y muy bien preparado. Generalmente sobra…. Es muy grande.
En los vinos también anduvo mal el restaurante…. Ordenamos 2 blancos (s.b.) que lamentablemente estaban agotados… la oferta de vino no es muy buena, faltan muchos buenos vinos y sólo se centra en la viñas mas reconocidas.
En el postre se nota claramente la especialidad de este restaurante….. habían muy pocos. Pedimos torta de merengue lúcuma, que estaba congelada, castañas que no ofrecía mayor preparación y un sencillo flan de la casa.
L
Lo malo fue que , como es costumbre en ciertos lugares, casi al finalizar la comida entró un señor a cantar a las mesas….. me molesta mucho esa costumbre, pero bueno...al final terminan todos tarareando algo.
Como dato adicional, a quien lo visite le recomiendo ir a visitar las piscinas….. podrán comprobar que las ostras y otros mariscos mas, son realmente frescos.
En resumen, un restaurante que le hace un muy buen honor a su nombre, quien quiera comer ostras, u otros mariscos de buena calidad y en buena cantidad, este es el lugar. Pero que no espera más que eso.
Precio promedio pp: 17.000
Recomendado para: salidas en grupo, amantes de los mariscos y obviamente para llevar gringos.
Nota: 5,0