Reflexionando
Leía hace dos días un artículo de mi buena amiga Ana maria Barahona en www.chilevinos.com ("no al suicidio", se llama la nota).
Además de estar de acuerdo con ella en varios puntos, quiero incidir en algo importantísimo para el desarrollo gastronómico de nuestro país: el servicio.
Pero en este momento no quiero mirarlo por el lado del camarero o sommelier, sino que quiero mirarlo desde el punto de vista opuesto: ¿como podemos mejorar el servicio si las críticas de nuestros comensales son escasas o, peor, ni siquiera nos las dicen?
Creo que LBV hace su aporte en este sentido, pero creo que el intentar dejar en vivo y en directo una crítica constructiva en los restaurantes es necesario y primordial para poder hacer algo para crecer.
Hace unos días fui al Catedral y, para sorpresa de varios que estaban conmigo en la mesa, le dije al camarero al pedir la cuenta: "el servicio bueno, la música muy buena, pero los postres MUY malos. Déjeme que le insista y por favor dígaselo a la cocina: MUY MALOS."
Creo que, si consideramos que, y esto mirando con las ganas de ver el vaso medio lleno, los dueños de restaurantes quieren saber cuando algo está deficiente, debería aportar a mejorar.
Ojala que así sea.
Un abrazo a todos
Grellet