Boragó

Escribo con la experiencia aún palpable de haber ido al Boragó anoche.

Probé antes con la cocina molecular del Zukalde, con algunos platos realmente deliciosos y esa sensación de estar experimentando algo nuevo y distinto con la comida.

El lugar me pareció bien y encontré un punto alto en el hecho de que el jardín que se ve desde el comedor cuente con elementos  de uso para la misma cocina y a la vez sea decorativo.

La atención, excelente (sumamente comprometida con el discurso de entregar una experiencia, gustativa, olfativa y visual, dentro del concepto de lo endémico chileno, que es el fuerte de la carta). Es decir: los tipos la venden.

Elegimos el menú de 7 tiempos (Endémico) maridado con vino, en vez de platos individuales, como una carta normal. Para poder optar por el menú, lo deben hacer todos los comensales.

Para que voy a mentir: es bien radical el concepto en términos de presentación, especialmente al comienzo donde puedes ver la comida colgando de un bonsai(?). Luego unas verduras asadas en una maceta (?). Por momentos te preguntas dónde está la cámara escondida. La buena calidad de los platos compensa esa sensación.

Un Kra kra (pescado de Isla de Pascua), muy bueno, igual que el Mero con pure de papas brujas (mmmm)y el Vacuno en chancaca (que se come con la mano). La presentación, excelente.

Luego, los postres: el de violetas, excelente y otro llamado Frío glacial, no de mi gusto, pero muy bien preparado y novedoso, como todo finalmente.

Algo significativo: aparecían en los platos ciertos sabores que hacían recordar la infancia, lo que habla bien de la utilización de insumos efectivamente endémicos.

Resumen: para ir con quien pueda apreciar la experiencia en totalidad, con tiempo.

Epílogo: Pasé una pésima noche (no soy de aquellos a quienes les sucede a menudo), con una acidez de terror que me dura hasta ahora. 

Me hizo recordar una conversación que teníamos anoche respecto de la pelea entre Santi Santamaría (QPD, detractor de la gastronomia molecular) y Ferrán Adriá, donde el primero preguntaba al segundo a modo de crítica: ¿darías esta comida a tus hijos?.

Después de la experiencia y a pesar de ella, mi respuesta hoy es no.

Que si yo volveria, si (asumiendo mi condicion de adulta responsable) y si...dan ganas de hablar y compartir la experiencia, para bien o mal.

Valor: 28.000 pp + 15.000 por maridaje con vino (ojo, varietales) o té.

http://informe21.com/cocina-molecular/cocina-molecular-duda-esta-servida