El apero: buena comida y ambiente acogedor
El domingo pasado fui con algunos tíos, primos y mi hermano al restaurante El apero, ubicado en Borderío, con motivo de la celebración del cumpleaños de uno de mis primos.
Habíamos reservado una mesa para 12, aunque al final sólo fuimos nueve. En seguida nos atendió una mesera, amable y nos ofreció algo de aperitivo: jugos naturales (de chirimoya y de frambuesa), bebidas, pisco sour, vaina... Sus precios eso sí nunca los supe porque ninguno de estos ítemes aparecía en la carta que más tarde nos entregaron y yo no era la que pagaba, jeje.
Luego llegaron unas sopaipillas y pancitos acompañados de pebre (rico aunque poco picante), mayonesa casera con ajo (muy rica) y las clásicas bolitas de mantequilla. Además de eso pedimos unas entradas para compartir: ostiones a la parmesana ($5200) y empanaditas de mariscos, suaves y sabrosas.
A continuación, los platos de fondo, que no tardaron más de 15 minutos en llegar. Yo pedí chanchito campero ($6500) acompañado de puré picante ($1400). El cerdo era blando y estaba muy rico, se sentía el gusto del vino en el que fue preparado. El puré picante también estaba bueno; era medio anaranjado y de verdad picaba un poco. Otros platos que pidieron fueron pastel de choclo, caldillo de congrio, empanadas... Todos grandes y contundentes, sobretodo teniendo en cuenta que ya habíamos comido bastante entre sopaipillas y empanaditas.
De postre, y casi por gula, comí una exquisita leche asada ($1800). No me arrepiento, de verdad estaba muy sabrosa, cremosa y bien presentada, con caramelo dulce. Otros pidieron turrón de vino con nueces ($1700), mote con huesillos ($1800)... A mi primo le sirvieron un trozo de torta de lúcuma, que en el plato llevaba escrito Feliz cumpleaños con manjar.
Toda esta comida estaba amenizada por dos músicos que tocaban guitarra, arpa y mandolina y cantaban música chilena: desde cuecas hasta música pascuense, desde Violeta Parra hasta un tema de Los tres. Nosotros estábamos sentados bien cerca del escenario y en realidad era muy agradable, cantamos varias canciones, la gente aplaudía a veces y la música alegraba el ambiente (y hacía olvidar que el día siguiente era lunes, con todo lo que implica el fatídico día jaja). Y, a todo esto, le cantaron cumpleaños feliz a mi primo (algo que su mamá había pedido al reservar mesa). Lo único malo es que en los ratos de descanso de los músicos (unos intervalos de 5-10 minutos nada más) ponían música de Gondwana... ¿¿¿??? Pero cuando los músicos se retiraron finalmente (cuando ya estábamos en los postres) pusieron Los Jaivas.
El restaurante tiene ambiente exterior e interior, pero recomiendo sentarse adentro para escuchar la música, es muy agradable. Hay cuatro gigantografías con distintos paisajes de Chile y algunos objetos típicos adornando el lugar. Además me pareció que en la entrada venden frutos secos y productos por el estilo.
En resumen, muy recomendable: la comida es rica, el ambiente super agradable y con buena música, y la atención es buena.