La Sal de Vitacura mala experiencia
El domingo almorcé en La Sal de Vitacura. Repleto de bote a bote. No iba por allá desde que estaba El Madroñal siempre tan bien puesto . El golpe de vista fue como estar en el anterior pero venido a menos por los colores principalmente y las manchas en los tapices de las sillas. El mozo acelerado para tener luego el pedido se justificó diciendo que los platos se demoraban media hora. Las tapas, unos canapés surtidos con muy buena presentación, pero el pan estaba indestructible. Parecía rebanadas de pan amasado de ese congelado que venden en el Jumbo pero que no se hubiera alcanzado a descongelar, apenas tostado en una punta y el resto, apretado, aplastado, como si fuera un cuero y de frigorífico. Eso demoró 20 minutos. Cuesta creer la falta de cuidado porque un pedazo de pan que no cuesta mas de 30 pesos transforma la tapa en un bocado incomible. El mozo nos informó que así venía el pan de todas las tapas. Ya muertos de hambre nos comimos la parte entretenida que era el contenido de ellas y además probé una tortilla española que estaba muy muy buena. Después de una hora trajeron los platos de fondo. La merluza austral excelente pero el solomillo de cerdo era una suela. Cuando se demoran una hora para llevar un plato a la mesa y está malo, es ridículo ofrecer cambiarlo y preparar otra cosa. Decepcionante. Casi para enfurecer.