AVENIDA BORGOÑO 17205
REÑACA / V
Es la primera vez que escribo, aunque soy fiel seguidor de este sitio, que sirve como referencia antes de salir en alguna aventura gastronómica.
Ésta es mi oportunidad de prevenir a posibles incautos que pudieran caer desde el roquerio hacia el restaurante Stella Maris.
La ubicación de este lugar fue el que me convenció de entrar. Saliendo de Reñaca, hacia el norte, es el segundo restaurant visible en el camino. Una ubicación inmejorable, sobre el roqueria mientras abajo revientan las olas. De verdad espectcular, a diferencia de otros en Ochoa e Higuerillas, donde las olas son más timidas.
Al entrar, la ambientación recuerda a un cabaret de los años 60 que no se ha renovado. Alfombra, manteles, tapiz de las sillas, hasta el veston del garzon... todo burdeo! Y carreteado. Al llegar, te llevan a la mesa unas galletas crackelet con una rodaja de palmito (6).
Supuse que no seria una aventura económica, tomando en consideración la visita privilegeada. Sin embargo, los precios son de locos.
Yo me pedi un simple congrio frito.... 8 lucas !! Traia 1 1/2 papa cocida. Si queria otro acompañamiento, era aparte y partian de los $2800. Mi señora se pidio una reineta a la plancha ($7500) y una ensalada surtida ($2800). La ensalada surtida era un chiste: un platillo de pan con 5 torrejas de tomate, un puñado de choclo y otro puñado de lechuga. 2 bebidas ($1500 c/u) y seria. Como estuvo la comida? Bien, los pescados frescos y el batido de mi fritura correcto. Porciones medianas. Pero se puede encontrar la misma calidad, y mejor, en otros lugares (Picá de Martin, Donde Ivan) por la mitad.
Mi señora pasó al baño, y me avisó que ambas llaves del lavamanos estaban malos. Otro "detalle".
Es una pena que un lugar que tiene una ubicación de verdad privilegeada, esté tan decaida en su infraestructura y tan sobrevalorada sus precios.
