Vietnam Discovery en Bellavista
Ayer lunes fuimos con amigos a comer al Vietnam Discovery. Yo nunca había ido, pero ya conocía más o menos esta comida después de haber visitado el Long Cheung (ex Jardín de Bambú) de Ñuñoa. Pero la verdad es que la experiencia fue totalmente distinta.
Llegamos alrededor de las 21:30, con reserva. El local por fuera pasa piola, solo tiene una pequeña entrada que parece exclusivamente para delivery, pero desde esa entrada, comienza un largo y oscuro pasillo que lleva a la parte trasera de este restaurante, que por cierto, tiene una decoración exquisita.
La ubicación de la mesa no fue de las más afortunadas. Mi puesto estaba diagonalmente tan cerca de la mesa del lado que casi metia el pelo en la sopa ajena y si sapeaba, no pasaba desapercibida. Me pasó de haberme dado vuelta y haber recibido una cara de burro ipso facto.
En fin, llegaron dos cartas para cada uno. La primera con tragos y la segunda de comida y vinos. Pedimos de aperitivo unos nems surtidos, algo así como unos arrollados primavera, sin tanta primavera, y con masa frita distinta. Llegaron 12 pequeños rollitos, rellenos de cerdo, camarón y centolla, acompañados de lechuga, hojas de menta y una vinagreta. La verdad es que yo nunca pude identificar el relleno, pero mi paladar tampoco es tan fino. Los nems estuvieron discretillos. Lo más caro es pedir 12 nems de centolla, $15.000. No sé bien cuánto nos salió a nosotros por hacerlo surtido.
De segundo cada uno pidió un plato. No es como la comida china que llegan varias fuentes, se comparten y cada uno pide arroz. Yo pedí un pollo Gà cà ry (Pollo al curry, maní y jengibre, $4.600) acompañado de arroz blanco. Me preguntaron que curry quería, verde, rojo o amarillo, lo que en otras palabras era el nivel de picante. Pedí lo menos picante. Igual lo era. Quedé muy contenta con mi plato, porque era una montañita de pollo con especias, una mezcla muy rica de sabores distintos y el arroz blanco, impecable.
Mi pololo pidió un Tôm riêm (Camarones, zanahoria, cebollín blanco y verde, salsa de camarón, $6.200) muy sabroso, aunque le hubiera sacado las colitas al camarón. No entiendo porqué se las dejan.
La prima de mi pololo comió un Bò bún cha giò (Vermicelli, trocitos de Nem de cerdo, lomo liso de vacuno con cebolla, lechuga, pepino, cilantro, maní y salsa típica vietnamita, $5.800). Los Vermicelli, por descarte, son fideos de arroz muy finos. Este plato es fresco, pero sabroso, aunque algo contundente.
Finalmente su marido pidió un Gà xào gùng (pollo caramelizado al jengibre, $4.600) parecido al curry, con igual picor, aunque menos ingredientes en el salteado de pollo.
Acompañamos nuestros platos con un pinot noir, no recuerdo de que viña, pero que quedó perfecto con nuestros platos, más una coca cola y un agua mineral. Todo esto sumo una cuenta de $50.000 lo que para 4 personas está más que bien.
Por el tema de la mesa y por unos imanes rasca que tenían en la entrada, se lleva un 6.0.
Vietnam Discovery, Loreto 324 - Barrio Bellavista.