Panda Junior
Está cerca de mi casa así que tenía ganas de ir hace bastante tiempo. Lo veía todos los días al volver de la pega. Y finalmente fui con mi polola, cortesía de Groupalia.
El restaurante tiene la típica decoración de restaurante chino y cuenta con muchísimas mesas. Y no por nada: llega muchísima clientela.
Hay una amplia diversidad de comidas: ensaladas, carnes, pescados, sushi, pastas, comida china y postres. Los bebestibles no están incluidos en el precio general de $7.900 y hay que pedírselos a los mozos, que son, además, quienes te cuentan cómo funciona el sistema (sí, se paga propina).
En la comida hay de todo, platos buenos, otros no tantos, y otros que dejan mucho que desear. A nosotros nos gustaron varios platos chinos (entre ellos, unas masitas amarillas y un pescado envuelto en un material seudo gelatinoso), las pastas (que te las hacen ahí mismo), las gyozas y los choritos fritos. Lo que a mi no me gustó para nada fue el Wantan y los arrollados primavera, que tenía sabor a haber estado mucho tiempo esperando a ser comidos (tenían sabor a pasado, si prefieren el término). Algo similar me pasó con un zapallito con queso, que estaba extremadamente agrio (lo que demuestra que fue cosechado hace muchos muchos días). Respecto a los postres, me quedé con gusto a poco. Fomes. Mucha gelatina y flan. Los helados eran básicos y de baja calidad. La única gracia eran los panqueques con manjar, que un chef te hacía delante de tus ojos. Ah! Y unas mega frutillas que estaban exquisitas.
La atención... variaba. La niña que nos atendió no nos dejó contentos, pero me tocó ver mozos que eran un agrado.
Respecto a la limpieza, falta por mejorar. Los chef cocinaban con sartenes un tantín grasientos y la persona que hacía los panqueques estaba constantemente tomando las monedas que la gente le dejaba en un vaso para guardárselas en el bolsillo (en serio, no dejaba que se juntaran monedas). Son detallitos que a mucha gente les desagradan extremadamente y que yo noté porque me tocó trabajar en un restaurante y, por lo tanto, recibir la cátedra sobre los requerimientos de inocuidad y limpieza.
Mi conclusión: los amantes de la abundancia gozan en este restaurante. Yo debo decir que disfruté algunos platos, pero que con una vez está bien.
Portugal 198. http://www.pandajunior.cl/