El Pipeño, Picá como corresponde: Mucho y Bueno.
Como esta es mi primera intervención en este espacio creado para quienes disfrutamos de la buena mesa , voy a contarles un poco de mí para que tengan una referencia de lo que hablarán mis próximos comentarios.
Me considero un comilón y bebedor profesional, que sin ningún prejuicio y más preocupado del sabor que llegará a mi boca, que de cualquier otra cosa, recorro todos los rincones de la capital y de las ciudades que acostumbro visitar, para encontrar las verdaderas “picadas”, esos datos en que confluyen las “3-B” (Bueno-bonito y barato por si alguien no chileno lo lee) y nos entregan un escape a la mediocridad gastronómica de la comida hecha en serie.
Comenzaré hablando del restaurant-Picada “El Pipeño”. Antes que todo, si usted se considera pituco y le incomodan los rincones tradicionales y populares, no valla, porque lo va a pasar mal, aunque en lo personal le recomiendo una profunda reflexión, ya que si usted busca sabor chileno, abundancia, calidad y precios más que convenientes, este es una especie de paraíso folk.
He ido varias veces por lo que me siento con autoridad de hablar de cada uno de los productos que ahí venden, sin embargo me enfocaré en mi última visita, en la que por fin pude aguantarme unos segundos antes de arrojarme contra el plato, para así sacar algunas fotos con mi celular y poder compartir gráficamente con todos ustedes esta experiencia.
Ubicado en el antiguo barrio Franklin (Bio Bio con Tocornal para ser exacto), esta picada goza de una carta reducida pero de alta especialización en cada uno de sus platos. En este encuentro me decidí por el costillar asado, porque anteriormente lo había probado en un mix de otras cosas (llamado chanchada, ideal para gordos y futuros gordos) y simplemente no pude sacarlo más de mi cabeza.
Si alguien cree que no existe mayor ciencia para asar un costillar está muy equivocado, pues luego de que me trajeran un gran trozo de este regalo de dios, acompañado por papas cocidas muy calientes, agradecí a mi buen amigo Barril por haberme presentado esta delicia, pues sin querer hacer propaganda (no conozco más que al Garzón que me atendió), este costillar me volvió un adicto para siempre.
Jamás había probado mayor maravilla de la cocina, simple, deliciosa y sin pretensiones. Si usted ama la carne de cerdo, no encontrará una pieza que cause mayor deleite al paladar, crujiente por fuera, blanda y sabrosa por dentro, tanto que la carne se derrite mientras se mastica y la mesa se torna absolutamente silenciosa. Les contaré que no pronuncié palabra hasta que terminé este trozo (bastante más grande que en cualquier lugar que haya comido costillar anteriormente), para luego disfrutar de algunos bebestibles intentando crear la voluntad para levantar mi estómago hinchado de la silla.
Además la carta ofrece: prietas, longanizas, pichanga (no una mezcla rasca de restos, sino cuadrados seleccionados con los mejores fiambres y quesos), arrollado huaso (otra de sus especialidades), cazuela (impactante, con asado de tira y un caldo que la pone en los primeros lugares) y porotos con longaniza entre otros.
Para beber está todo lo clásico y el terremoto a base de pipeño (Vino dulce), helado de piña y una pisca de fernet puede servir para conversar lo que no se conversó mientras se comía y salir coloradito y contento del local.
Lo bueno: Precios más que convenientes (abajo una foto con la lista), Garzones amables que te aconsejan bien que ordenar (dado el gran tamaño de los platos), marraquetas con un pebre ahumado para acompañar (otro sueño hecho realidad), ensalada y papas cocidas incluidas en el precio de cada plato.
Lo malo: Con los años he ido necesitando cada vez más algo dulcecito después de terminar de comer, acá no se vende nada para el postre y por supuesto como en el 99% de las picadas “Solo Efectivo”. También si bien la comida es de gran calidad, no se vende nada “light”, todo es pesado y contundente, por lo que si usted es “delicadito/a”, lo va a pasar bien acá, pero mal después sentado en su casa.
Recomendable, poco dinero, mucha y buena comida.
Restaurant el Pipeño, Bio Bio con Tocornal, estacionamientos siempre en calle con cuidadores de autos; de Lunes a Sábado; de 10 a 10, precios mas menos $4.000 a $6000 almuerzo con dos bebidas, $10.000 almuerzo chanchada + bebidas o almuerzo normal + borrachera.
Saludos y ¡A COMER!