las empanadas de Lican Ray

Escrito por: gloria maria
F07 Sep 2010
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empanadas.jpgempanadas2.jpgempanadas1.jpgTodo empezó con el horno de barro…. Hacer un horno de barro en una zona donde la tierra no es la apropiada ya es un problema; que lo haga un abogado, y que le haga una estructura de fierro y  que le instale ladrillo refractario para que quede mejor, ya es demasiado.

Resultado: a la primera prendida del horno, el fierro se dilató y reventó el barro que lo cubría, y las empanadas quedaron crudas por debajo porque el ladrillo refractario cumplió con su cometido.

Para su segundo horno de barro se asesoró por arquitectos, incluyendo cartas a un profesor que entendía de adobe y que quedó feliz con asesorarlo.

Cuando salieron las primeras empanadas, los niños las encontraron cochinas  y hubo que cocerles algunas en el horno de la cocina tradicional; finalmente cuando  probaron ambas, terminaron comiendo de las del horno de barro

Durante unos 15 años, preparamos  empanadas para  25 ó mas personas y compartimos momentos inolvidables, generalmente hacíamos entre 60 y 80 unidades.

El día anterior se hacía el pino, que había que esconder en la noche porque en más de una ocasión, llegaban los lolos de sus carretes y se lo comían.

La picada de la cebolla era memorable, muchas mujeres llorando y muchos niños preguntando porque llorabamos. La carne era “picanilla”, conocida en otras zonas como asiento, que por supuesto se picaba chiquitita.

La faena del amasado la hacíamos  3 personas; siempre un poco compitiendo y hasta que la masa se “peara”; después de esto, hacer las pelotitas y que quedaran en lo posible  del mismo tamaño, estirar las pelotitas y que quedaran en lo posible del mismo grosor y lo más redondas posible, armar las empanadas y encontrar que las que había hecho uno eran las más bonitas.

Cada vez se aprendía algo nuevo:

El pino una vez frío no hay que revolverlo porque se hace agua.

Agregar azúcar al pino para que no “repitan”

La masa se hacía con manteca de chancho y con el secreto de la señora Rosa: un cubito Maggie de pollo.

Los huevos duros no se partían en pedazos, sino que se sacaba el pedazo a ocupar, cuidando que cada pedazo tuviera clara y yema.

Aprendimos a que la masa queda mejor hecha con las manos calientes

Aprendimos de usleros, tenían que haber tres al menos y siempre había alguno mejor que otro.

Aprendimos a pintarlas con huevo batido para que quedaran lindas

Aprendimos a probar el horno con un poco de harina cruda que debía sólo tostarse y no quemarse.

Aprendimos a tapar las empanadas crudas que se hacían al lado del horno y que la la vez que no tapamos se nos llenaron de ceniza.

Aprendimos a tener paños para limpiarlas una vez que se sacaban del horno.

Aprendimos a ordenarlas con la parte mas gruesa hacia abajo la vez que se nos rompieron varias porque nos gustaba la masa delgadísima.

Aprendimos que una vez que se sacaban las empanadas del horno el momento de goce no duraba más de media hora..

Y con respecto al horno….. eso era  trabajo de los hombres:

Buscar leña para calentarlo.

Prender el horno y ahumarse.

Buscar ramas para hacer escobas de ramas para barrerlo, en una oportunidad a alguien se le ocurrió barrerlo con un escobillón de plástico.

Tener sacos mojados para tapar el horno  una vez cerrado.

Tener lista una carretilla para sacar las brasas.

Limpiar el horno.

Hacer paletas de madera para meter y sacar las empanadas.

La familia ha crecido demasiado, es difícil juntarlos a todos, pero estoy segura que todos recuerdan  con nostalgia esos 18.

 

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Comentarios:

Como nacen las tradiciones familiares... y como la comida genera experiencias y une generaciones... ----------------- ________________________________________ Sergio Andrés Chesta Saffirio PSICOLOGO Temuco, CHILE________________________________________

Gloria María Me gusto mucho tu historia tan llena de nostalgia, gracias por compartirla con nosotros, Saludos y Feliz 18 Jeannette

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