1810 - Antofagasta

Mi experiencia 1810

En este Bicentenario, fui a almorzar al restaurante 1810. Me lo habían recomendado bastante. El lugar es ameno, pero encontré algunos detalles que no sé si me hagan volver.

Primero, el administrador (creo) era la única persona a la vista para atender. Él intimida un poco con su voz fuerte y cara de pocos amigos, aunque es sólo momentáneo.

Al pedir la carta sale a flote el primer tema: “no está actualizada así que no tenemos todo lo que allí dice”…creo que lo mínimo para un restaurante de ese nivel es tener una carta actualizada.

En el total del salón había sólo 9 personas, lo que no era mucho, pero el tiempo de espera fue de casi 40 minutos. Un mínimo pancillo me ayudó en ese período de tiempo…era mínimo para la mantequilla con merkén y pebreofrecido.

Pedimos una “Escuadra Nacional”, congrio a la plancha con una salsa de Chardonnay y verduras salteadas con ostiones. El plato es abundante y con una  buena presentación. Lo malo es que las verduras salteadas eran casi exclusivamente de zapallo italiano, bastante aceitosas, al igual que la salsa de chardonnay que más parecía de mantequilla. De todas formas el pescado y los ostiones sabrosos.

Respecto a la atención, siempre realizada por el mismo personaje, era un poco molesta, pues cada un minuto se acercaba a rellenar los vasos de bebida (bastante cara por lo demás)…creo que la estaba tratando de apurar.

Luego de terminados los platos, nos retiró todo en menos de un minuto, lo que no deja de ser molesto, pues es imposible dejar de sentir que nos están pidiendo la mesa, siendo que estaba desocupado.

Lo bueno es que la cuenta no venía con la propina incorporada como ya es costumbre. Es increíble lo cara que es en Antofagasta la gastronomía  de nivel, pero en fin, la idea siempre es conocer.

Recuerdo también que mi último almuerzo sabatino en el Tequila fue similar respecto a la atención. Me parece bien acercarse a la mesa de vez en cuando para saber si todo va bien, pero ir retirando de inmediato y aceleradamente cada cosa que uno va dejando es muy molesto.