Locos de asar
En este viaje a la séptima región me convidaron a un restorán llamado Locos de Asar,
La ambientación era cálida , no recargado , de paredes con distintas texturas, bien calefaccionado y lugar aislado para fumadores. Bien.
El Ambiente era familiar y distendido.
Nos atendió una niña no muy capacitada en la gastronomía del local , pero muy agradable y de muy buen trato, lo que hace pasar por alto algunos detalles como tener el dedo gordo dentro del plato etc…
Bueno, como siempre, está el mozo que trata de demostrar que se lo sabe todo y lejos es lo más desagradable. Él muy mal, la niña un 7.
Detalles en las mesas es que la vajilla es extremadamente grande y algo incomodas para el tamaño de la mesa y que los senderos son de “cuero” color café oscuro que lo hacen poco higiénico.
En relación a la comida, puedo decir que las empanaditas que pedimos esta muy bien el pino y el tamaño, pero un poco pasadas de aceite, el pisco sour era normal, las carnes eran tremendas casi un abuso para el comensal, llegaron con el punto pedido y jugosas. La guarnición a destiempo pero buenas.
Los postres malos y difieren enormemente con la calidad de lo pedido anteriormente, creo que es la nota mala que hay que mejorar, tienen una presentación plana, llena de crema chantilly y salsas por todo el plato.
Los precios termino medio, ningún drama.
Ah.. El nombre no es muy creativo por que tenemos locales muy “parecidos” en cuanto a concepto y nombre en Argentina y Uruguay.
Nota: 5.8 recomendable