Zully: puro bluff.
Antes que nada, quiero decir que aún siendo exigente en general voy a restaurantes con mente abierta y siempre tengo la idea de que sea un agrado (no me altero por cualquier cosa). Pero esto fue tanto que terminamos a las 1:30 a.m. en mi querido Baco, para el desquite.
Hacía tiempo que mi pololo quería llevarme al Zully; yo nunca habia ido. Fuimos finalmente un sábado con 3 amigos más.
La cosa empezó no muy bien cuando se demoraron en sentarnos, a pesar de la reserva previa. Hacia un frío horrible (opinión general), de ese para comer con abrigo puesto. No lo encuentro agradable. Viendo que en la sala de al lado habia -lo cual confirma que hasta ellos saben que hace frío-, pedimos alguna estufa pero nadie nos hizo mucho caso.
Nos sentamos: mesa de vidrio sin ni siquiera un individual de papel. Incómodo para tomar los cubiertos, no?
Nadie viene con el menú. Llamamos. Viene la carta en su sentido loteral: impreso blanco y negro en hoja de carta. No viene la de vinos. La pedimos; llega harto después. Lista idem: bastante larga e impresa así no más, con un triste corchete. No me importa que no sea de cuero, pero ponle un poco más de cariño... es decir, en el Dominó me daría lo mismo; acá no.
Pedimos el vino. Dos veces no hubo el que se pidió.
Pedimos entradas. Confusión de mozos, platos equivocados, a pesar que advertimos que ya habiamos pedido al compañero. Cuestión de gustos, las entradas a nadie le gustaron: mucho frufrú pero nada realmentre rico.... esa falsa idea de que las cosas con mermeladas y reducciones dulces/picantes son instantáneamente buenas o, peor finas. No señor. Una de las entradas (perdòn, no retuve el nombre), con UN camaron. Esta bien que no sea la olla, pero no será mucho?
El vino, que esperabamos con ansia porque ahi sentados nos estaba viniendo hipotermia, no llegó sino cuando de la entrada quedaba, en serio, 1 cucharada. A estas alturas eran las 11 de la noche. Llegado el vino, con ilusión pedimos los fondos. Nadie sirve vino, ni te trae pan ni mantiene cerrada la puerta.
UNA HORA después, sin mediar ninguna disculpa, con calma llamamos al mozo y le hacemos notar el rato que ha pasado y que por favor vea còmo van. Desaparece. 10 minutos después, ya totalmente frustrados, pedimos la cuenta y que detengan la orden. El mozo (otro) asegura que los platos estan listos.
Llegan y no sè como expresarlo: crudos. Una cosa es pedir una carne a punto, y otra cosa es que estè morada: ni siquiera sellada por fuera. Los platos mal armados. Claramente, cuando pedimos la cuenta el pobre tipo corriò a la cocina a decir que sacaran lo que hubiera no más. Cómo no piensan que despues de 1hr15, uno prefiere 10 minutos mas por algo decente que otro pastel. El mismo mozo no sabia que cara poner, porque no podia negar que los platos estaban con suerte a medio hacer.
Pedimos hablar con el dueño, a quien le comentamos nuevamente con mucha calma, en buena onda, como para que el se preocupe de su boliche. Nos escucho pero se vio que le importò cero. Nos mando con la cuenta del vino y entradas sin siquiera ofrecer una disculpa o un cafè.
Resumen: Otro tipico restaurant muy pretencioso, con mucha rimombancia en los nombres de los platos, mucho experimento culinario, poca calidad y muy mal servico. Chilenos, seamos un poquito más exigentes! Lo que es nosotros, al Zully nunca más. Una pena.