Xing Shung: Comida china para explorar
Animado por un artículo anterior que leí en LBV sobre este restaurant ubicado en Vicuña Mackenna, pasado Rojas Magallanes, me animé a ir con mi pareja, con ansias de explorar la supuesta real comida china, aquella que no sirven en el resto de los locales de la capital. En el camino pensamos que si queríamos probar varias cosas entre los dos no podríamos, así que llamé a una prima y la invité a que se sumara, por lo que decidimos pedir para llevar e irnos a su casa.
Al llegar, nos encontramos con un local amplio, con decoraciones típicas chinas (ninguna novedad hasta aquí) y una, también típica, señora china en el mostrador. Le preguntamos si tenía para llevar y nos dijo que si, y nos pasó la carta.
Para nuestra sorpresa, tenía las típicas cosas, chapsuí, arrollados, wantán, nada fuera de lo común. Mientras buscaba, un poco desilusionado, vi que había un panfleto con imágenes de cosas que no aparecían en la carta y que tenían códigos del tipo A01, B03, etc. Se observaban empanaditas de distintos tipos, Shu Mai, panes al vapor (Bao) y pasteles dulces. Al verla, le pregunté a la señora que por qué no aparecían en la carta, ante lo cual me pasó la otra carta.
¡Eso era lo que buscaba! Una carta completamente distinta, con platos exóticos, caldos de cabeza de pescado, rollos de masa de arroz y costillar cantonés con hueso. También pescado entero, carnes al vapor, patas de gallina y guatitas con salsas de distintos tipos. Es decir, un mundo nuevo de sabores y texturas.
Sin embargo, tampoco aparecían las cosas del panfleto, así que volví a preguntar y me pasó una tercera carta, la cual era exclusiva de aperitivos del tipo Dim Sum, es decir, pequeñas porciones de una gran variedad de empanaditas de masa de harina y de arroz, panes y pasteles al vapor, horneados y fritos.
Finalmente, nos decidimos por los Cha shao bao (pan al vapor con cerdo agridulce), unas masas de arroz al vapor rellenas de camarón y unas masas tipo gyoza rellenas de espinaca con mantequilla.
De platos, pedimos un costillar cantonés chino con hueso, unos rollos de masa de arroz con trozos de cerdo y unos fideos salteados con carne y verduras, todos los platos de la carta china.
Al llegar a casa, lo primero que atacamos fueron los aperitivos. Las empanadas de camarón estaban superiores, con una maravillosa textura y consistencia en el relleno y la masa. Las gyozas de espinaca también estaban deliciosas, aunque el sabor recuerda a la cocina europea más que a la china. El pan al vapor tenía una textura divina, y el relleno era de sabor muy suave. La masa era dulce y el relleno agridulce tirando para lo dulce. Lo recomendaría como un plato express más que como aperitivo.
Debo decir que la experiencia con los fue mixta. El costillar estaba fabuloso, con el sabor inigualable que aporta el hueso y el sabor de la carne de costillar, sin embargo es mucho más complicado comerlo, hay que estar preparado para meter las manos y chupetear los huesos. El que no quiera, que pida el de la carta normal.
Los rollos de masa estaban francamente decepcionantes. No tenían sabor a nada y la carne de cerdo era mayoritariamente hueso y estaba casi de adorno. Untadas con salsa de costillar o soya eran pasables, pero la verdad sobró la mitad. Más tarde mi perra no tuvo la misma opinión que yo, dejó su plato limpio.
Finalmente, los fideos estaban bastante ricos, bien condimentados y de buena textura, con una buena cantidad de carne y verduras. No tenían ningún sabor raro tampoco, pasaban colados como chaumín en un restorán común. Lo malo, salió un pelo laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargo. Espero que no sea lo común en el local.
Y eso, en general la visita fue positiva y repetiré la experiencia, para probar otros platos, ya que tienen muchos.
Recomiendo también ir de a varios, para que puedan probar varias cosas y ver qué les gusta más. El pato se veía bueno, y según el local es la especialidad.
Total: $21.500 3 platos y 3 aperitivos para 4 personas (y sobró 1 plato).