Vocación y cobardía
Me llama la atención la cantidad de personas que estudian carreras de gran prestigio y que comentan sobre cómo serían las cosas si ellos fueran chefs o sobre sus sueños de dedicarse de una u otra forma al mundo gastronómico. La polémica generada por el señor Ortega es un buen ejemplo. Me gustaría decir algo al respecto. Si hay alguna persona joven que sueñe con ser chef...
… POR FAVOR…
¡Que lo haga! ¡Que se atreva! Que no venga a aquí reclamando por el mundo y que las condiciones no están dadas.
¡Que no les quede chico Chile antes de empezar a trabajar en algo!. ¡Hay que arriesgarse!
Estudié psicología cuando el entorno me decía que debía estudiar algo mucho más rentable. Me ha ido bien, no como si hubiese estudiado ingeniería o medicina, pero mucho mejor de lo que esperaba. Ese es el costo de la vocación, pero claramente es un bajo precio por hacer lo que a uno le gusta en la vida (y si usted es tan talentoso que puede asegurar el ingreso por un lado y la vocación por otro, mucho mejor, pero no alegue).
Mis más sinceras felicitaciones a todos los que seguimos nuestra vocación sin lloriquear pudiendo haber seguido un camino más seguro.
Jorge Castillo A