Visitando a la Perla
¡Hola! Les cuento de una nueva experiencia hoy domingo en el boulevard del Parque Arauco. No sé si se han dado cuenta pero el elegante pub Dominga cambió por el marítimo restaurante La Perla del Pacífico. El ambiente es agradable, lo tienen bien decorado, pintaron los murales y la gran escalera que lleva al segundo piso. La carta es mediana, con alternativas en pescados, mariscos y algunos botes salvavidas (para los que no disfrutan de estos platos). Nos sirvieron una marraquetita mini con una pequeña sopaipilla y de dips una salsa agria, mantequilla con algo verde (no identificable) y un pebre cero picante. Pedimos para picar unas empanadas de camarón queso y un ceviche de corvina (la cual estaba agotada y ofrecían cambiar a reineta). Las empanadas llegaron rápido pero el ceviche brillaba por su ausencia. Terminamos cancelándolo ya que las empanadas las terminamos y nunca llegó el plato. Debo reconocer que estaban buenas, jugosas y de abundante relleno. ¡Quizás un poco pesadas, pero qué esperan!
De segundo los tres pedimos congrio. Uno se acompañó con arroz perla (arroz graneado verde, nunca supimos si era perejil, albahaca u otro vegetal). El siguiente plato era congrio con champiñones y espárragos, los cuales venían en una copita de masa filo, acompañamiento sabroso y adecuado. El tercer congrio se acompañó con mantequilla de alcaparras y crocante de papas y queso de cabra, lo más parecido a una papa rellena, pero rectangular y más plana. La salsa era rica, pero pesada, ya que la mantequilla inundaba casi todo el plato.
Ya no quedaban muchas ganas de postre así es que terminamos con un café express y la cuenta.
Si para la próxima visita mejoran el sistema de recorridos de los mozos (muchas mesas, poco espacio, muchos mozos, poca organización) y los contratiempos en la cocina (para que el ceviche llegue junto a las empanadas) creo que es una buena alternativa para el boulevard donde, debo reconocer, llego y no sé adónde ir, lo he probado todo y nada me entusiasma mucho.
Tienen patente de alcoholes, lo cual es una gran cosa, dado que en el Mirador del Alto los restaurantes llevan meses tramitándola.
Recomendable totalmente. Precio moderado, buena atención (se disculpan un poco con los ojos por ser primerizos) y platos sabrosos.