Tiramizu
Hace unos días almorcé en el Tiramisú, no me voy a referir a su cocina -que está bastante bien- sino más bien al fenómeno sociológico que significa.
Que increíble es este lugar, siempre lleno. Lo agrandan y sigue lleno, lo agrandan de nuevo y lo mismo.
Si se analiza fríamente no es el restaurant más espectacular de Santiago, no es malo ni mucho menos; no tiene la mejor ambientación del mundo, no es mala ni mucho menos; los precios no son los más convenientes del mercado, están bien pero tirando hacia arriba diría yo; el servicio no es lo más espectacular de la capital, aunque por lo general los garzones son bien avispados; ¿¡qué diablos tiene que está siempre lleno!?
Aquí me voy a aventurar en sociología, cosa que no manejo para nada, yo creo que la clave de su éxito comercial se debe a la siguiente ecuación: trato + tipo de comida + ubicación.
Buenas ensaladas y pizzas, bien ubicado lo que permite tener un volumen de clientela cautiva importante y siempre te recibe una señora o un joven bien que por lo general te conocen o hacen los que te conocen, te preguntan cómo va todo, como está la familia, esperas 20 minutos parado en la puerta, te sientas y comes feliz. Más tarde o quizás por teléfono mientras almuerzas, puede que hasta estés cumpliendo con un fashion statement de nuestra sociedad y contarle a un conocido(a) que almorzaste o estás almorzando en el Tiramizu. ¿Será que gusta tanto el restaurant porque ahí nos hacen sentirnos queridos y acogidos, en un lugar donde podemos mostrarnos o porque sus pizzas y ensaladas no tienen igual en la culinaria nacional?
...sea como sea y por qué sea, felicito a sus artífices, creo que han logrado ser exitosos, mantener ese éxito y aumentarlo, cosa que no es nada fácil.