Tierra de Fuego... para mi, todo bien...
Hace muchísimo tiempo que leo La Buena Vida, pero nunca me había animado a escribir... pues bien, he aquí mi primera vez...
El fin de semana recién pasado fui a Tierra de Fuego, en Viña, a orilla del mar (no sé si es San Martín o avenida Perú), y cuando llegué a casita me puse a buscar que decían de este restaurante por aquí... y como los comentarios no eran del todo buenos, creí justo contar que a mi me fue de lo más bien...
Partimos (4 adultos, 1 niño y 1 bebé) con la intención de tomar el aperitivo... así que no puedo opinar de los platos de fondo que fueron las principales críticas que leí, pero procedo a contar lo que comimos...
- 3 pisco sours y 1 vaina... a mi me encantan las vainas en todos los formatos, incluso me atrevería a decir que hasta la de botella me gusta, asique no puedo decir de forma imparcial si esta era buena o no, pero me encantó. Me robé del pisco sour de los otros y no tenía nada de maravilloso pero tampoco nada de malo, sólo que lo sirvieron en unos vasos gordos y bajos (como de whisky) que no me parecieron muy indicados, de hecho mi hijo topó levemente la mesa y bueno... comprenderán que estos vasos bajos, anchos e incómodos, llenos hasta el borde (con baranda) se chorrearon un poco.
- Trilogía de ceviches... nada que decir, me encantaron. Servidos en tres vacitos, que uno los ve como piñuflas en un comienzo, pero rindieron bastante... ricos!!!
- Camarones al ajillo... picantes!!! pero muy sabrosos, como al tercer camarón uno se acostumbraba al picante, no sé si porque se atontaba la lengua o porque no era para tanto... claro que en un minuto sin querer pinché un camarón y no caché que venía un pedazo de ají (cacho de cabra) por detrás... y ahí si que tuve que vaciar lo que me quedaba de vaina y tomar la mitad de la coca cola de mi hijo.
- Empanadas de queso... no sé porqué mi papá (que se jacta de muy gourmet) tiene de placer culpable las empanadas de queso y las pide donde vaya, la verdad estaban, comparativamente con otras que he comido, buenísimas, justo de fritas, cero pasadas de aceite y muy buen queso.
Y sería... ya dije que íbamos por el aperitivo no más.
Bonus para el lugar... en vez de ponerme caras de que hace aquí con un cabro chico y con una guagua (que me ha pasado), les hicieron gracias y todo bien con ellos... por mi ¡¡gracias por eso!!, y la atención en general, buenísima... anda tanta gente amargada hoy en día por la vida (hasta para comprar un chicle siento que me lo tiran por la cabeza), que yo agradezco siempre que la persona que te atiende te sonría y sea amable (fui garzona muchos años, y cuando tenía un mal día sonreía maravillosa igual, después, cuando nadie me veía, ya supondrán mi cara, pero la propina es proporcional a la cara, lo digo por experiencia)... y eso...