Peyo qué pasó!?

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Hoy miércoles parecía ser un muy buen día para romper la rutina de la oficina y salir a un almuerzo apatota''o. Sobre todo si uno de los dueños celebra su cumpleaños. Y como somos "malitos pa''l diente" emprendimos rumbo hacia el tradicional Don Peyo, al orginal... el de Ñuñoa. Una reserva para diez nos esperaba en lo que debía ser un gran almuerzo y para que nada fallará mi amiga Karina y yo nos fuimos a la segura: Plateada. Ella la pidió escabechada y la mía arvejada. Amenizamos con un Borgoño de Frutilla, hicimos brindis, reímos y hasta nos frotamos las manos cuando vimos que los platos se acercaban. Todo estaba listo para seguir disfrutando un agradable almuerzo hasta que nos dimos cuenta de la herejía! Porque de verdad no puede ser llamada de otra forma. Nuestras supuestas plateadas escabechada y arvejada eran solo una pálida imitación, un fallido "quizo ser