Mi cumpleaños en una sidrería en Euskal Herria

Estaba de visita en el país vasco y en la casa donde me recibieron me habían regaloneado con exquisitos platos preparados por el dueño de casa, entre los que se contaba el Bacalao a la Vizcaina, que tiene una preparación de un par de horas de mucha dedicación.

Era el día de mi cumpleaños y como una forma de agradecer la horpitalidad de mis amigos y celebrar mi cumpleaños, fuimos a una sidrería, que era un caserío en las inmediaciones de Bilbao en donde se come una rotativa de platos exquisitos como tortilla de bacalao, chuletón a las brasas, bacalao frito con pimientos verdes, nueces, entre otras delicias, pero, eso no es todo, el principal atractivo de esta sidrería era el consumo ilimitado de este rico mosto que se sacaba directamente de las kupelas (barricas de madera).   Se abría la llave de la kupela y a la distancia de un brazo estirado se colocaba el vaso para llenarlo.

Era un lugar rústico, con corridas de mesas grandes con bancas de madera, sin mantel, sin ninguna pretensión, pero existía una mística y un ambiente muy acogedor que lo hacía un lugar ideal para disfrutar de las exquisiteses que me sirvieron, lo cual me dejó demasiado satisfecha y tomar toda la sidra que fui capaz de degustar, lo que me hizo salir del local bastante entonada, gracias a Dios que yo no manejaba.

Mi cumpleaños fue inolvidable y fue el mejor regalo que me pude haber dado en mi vida.