Marisquería Tongoy.... ufff!!!

Pucha, es mi primer artículo y qué lata que deba hacerlo para denostar un local, pero es que se hace casi imperioso realizarlo.

Hace muy poco con unos amigos tratamos de ir a la marisquería Don Gaviota ubicada en el sector de Recoleta, lugar que nos fue muy recomendado, tanto por la calidad de su servicio, el precio y la generosidad de sus platos. Lamentablemente, estaba lleno y teníamos para rato, por lo que dirigimos los pasos hacia el sector de Ricardo Cummins, barrio Concha y Toro, por ahí, y entramos a la marisquería Tongoy, bastante conocida. Por fuera promete harto.

Sin embargo, ya en la entrada algo nos pareció mal cuando no había nadie que nos atendiera al entrar, ni en la caja, ni en el bar, ni un mozo, nadie. Tuvimos que buscar casi en la cocina y recién ahí salió la cajera, que nos indicó que podíamos sentarnos dónde quisiéramos. Yaaaa..... Las mesas, chuata, eran como de fuente de soda.

Bueno, nos hicimos la idea de pasar un buen rato y pensamos que tal vez con la comida mejorarían las cosas.

Lo primero que pedimos fue pulpo al pil-pil... Parecían rodajas de vienesas bañadas en ají color (el que vemos normalmente sobre los porotos con riendas), bien aceitoso y con harto ajo... No sé cómo diablos lo habrán preparado que no se veía ni una ventosa del pulpo... Malo.

De fondo, Raineta con papas fritas (el pescado tibio, desabrido; las papas, flacas, verdes, tibias), Congrio con ensaladas surtidas (desabrido el congrio, con espinas; la ensalada bien) y Salmón con puré (estoy seguro que no era Salmón, y el puré derechamente malo...). Además, las botellitas de aceite y vinagre sucias, el jugo de limón que nos trajo el mozo era derechamente sucedáneo, y no te ofrecen aceite de oliva, hay que rogarlo...

Bebestibles, mejor nos fuimos a la segura y pedimos solamente gaseosas.

En un momento nos empezó a dar como risa, porque pensamos que tal vez éramos muy exigentes, pero vi ratificado mi criterio cuando la pareja que estaba al lado se estaba quejando de que parece que habrían cambiado al chef y al barman, porque su pastel (o chupe, parece) era puro pan y que al pisco sour sólo le faltó la alcachofa de acompañamiento (puro limón) y que la vaina la habían hecho con vinagre.

En cuanto a la cuenta, no voy a alegar: normal, lo justo, si la calidad de la comida hubiera sido buena. Pero como fue pésima, entonces no hay equivalencia.

Conclusión: Nunca más me atrevo a pensar siquiera en la posibilidad de asomarme por el Tongoy...

Si alguien tiene otra opinión, bueno, es respetable también.