La buena comida, no es suficiente...
Cuando pienso en buena mesa de comida italiana, inmediatamente se me viene a la mente el Eccolo Qua de Condell con Rancagua. El sábado pasado fuimos a confirmar esta opinión y no nos arrepentimos luego de probar el “Funghi Ripieni di Parma”, los Fettuccini alla Putanesca y los “Capeletti di Prosciuto”. Las pastas son excelentes en sabor, cantidad, temperatura, presentación, etc.
Lástima que en este lugar aún no entiendan que el sabor no lo es todo, para garantizar una buena experiencia a los comensales ocasionales.
El lugar es pequeño, lo que no tiene por que representar ninguna dificultad, pero la cantidad de mesas y sillas que copan los comedores es insostenible. Con el restaurante lleno, es altamente probable que usted termine escuchando e interviniendo en la conversación de la mesa del lado.
La atención es deficiente, pasó un tiempo más que razonable antes que llegara la carta, otro más significativo para que llegaran a tomar la orden, y mucho más tiempo para que nos trajeran una botella de agua. Este es de esos restaurantes, en los que entre la entrega del plato de fondo y la solicitud de la cuenta uno se siente solo y desamparado (a pesar que haya que pedir permiso al vecino de mesa para poder ir al baño).
Tampoco aporta a la buena experiencia gastronómica, que las ofertas del menú no estén disponibles al momento en que se solicitan. En este caso no se trata de ingredientes exóticos o fuera de estación. De los cinco carménere presentados, tenían solo uno disponible para ser descorchado. Debo acotar, que no se trataba de cepas escasas o de viñas alternativas con problemas de distribución.
En resumen, si a usted sólo le importa la buena comida y no le afecta ser “color pared” en el restaurante, no lo piense más porque el Eccollo Qua es su próximo destino.