Hacienda Huentelauquén
Llevo años viajando a la IV región en verano y no puedo creer que una quesófila - adicta al queso - como yo haya pasado tantas veces de largo a La Serena sin conocer este clásico de las empanadas de queso. Este jueves 21, por expresa recomendación de mi partner, paramos en este must de la cuarta región y de verdad debo decir que estoy encantada de descubrir que, además del Dominó, alguien tuvo otra genial idea relacionada con comida simple y rápida, dándole una vuelta de tuerca en lo que podría ser una empanada más de queso en otro boliche más de carretera. De partida, AMPLIO lugar de estacionamiento, limpio, cuidado y agradable, con mesitas de madera y plásticas y sus respectivos quitasoles. A continuación se entra en un local que, aunque declara su devoción por las mascotas, solicita gentilmente dejarlas afuera debido a la correspondiente resolución sanitaria. Yendo derechamente al tema empanadas, existe un democrático sistema de atención por turno de llegada, el que se cumple sacando un simple pero certero ticket de farmacia y a esperar el turno en la pantalla electrónica. Justo y preciso pero absolutamente necesario en este boliche que durante los fines de semana pasa lleno de tope a tope. Y por si alguien quiere pasar al baño, los hay muy amplios y limpios. Además se pueden comprar papayas y otras cosas ricas de la zona sin necesidad del mentado ticket. $700 por una empanada mediana-grande, que como bien dijo mi pololo, no hay necesidad de buscarle el queso porque éste aparece - chorreando, riquísimo y caliente - desde la primera mascada, constituye sin duda una experiencia que debiera ser incluida con todo derecho como parte de nuestro patrimonio cultural. Fue tanto mi deleite que me costó una casi-pelea al pasar de regreso el domingo, ya que mi normalmente comprensivo boyfriend no estuvo dispuesto a esperar que nos llegara nuestro turno - saqué el número 44, iban en el 7, a un promedio de 3-5 minutos por ticket -, y terminó maldiciendo el minuto que se le ocurrió revelarme tamaño hallazgo. Es que cuando me gusta algo, me gusta pues...
Saludos