Fuente chilena
El sábado pasado decidí ir a conocer este tan comentado boliche con mi pololo, chico de gustos simples pero exigente en calidad. Debo decir que, en nuestra experiencia, todos los positivos comentarios que ha recibido son 100% bien merecidos. Tal vez esperaba un lugar más amplio; como el día estaba medio helado, la terraza no eran buena alternativa, pero gracias a la rápida rotación, pronto estuvo disponible una mesa para dos en el segundo piso, con una vista bastante interesante de este sector de Las Condes. El menú y la carta de bebestibles es una oda a la simpleza: ordenada lista de sandwiches, completos, bebidas, cervezas y acompañamientos extra. Con mi partner pedimos lo mismo, un churrasco italiano y una cerveza. Grata sorpresa con la lista de cervezas; ésta incluía mi favorita Kunstmann miel y una marca artesanal que la pido siempre que la pillo, la Kross Golden Ale. Esta vez no fue la excepción y me quedé sorprendida de encontrar entremedio de notas tostadas un dejo a manzana roja (como le dije a mi pololo, entre Richard Delicious y Jonagold, ante tremenda cara de perplejidad suya!). Volviendo a nuestros sandwiches, cada ingrediente fue de calidad superlativa: una palta (de verdad) molida y cremosa, mayonesa casera, tomates sabrosos, pan de frica casero con buena consistencia de miga (ojo, que no hay otra opción de pan). La carne merece comentario aparte. Como bien dijo mi partner, hacía tiempo que no comía un churrasco de verdad, grueso, jugoso, sabroso y no recién descongelado. Realmente notable. Otro dato, aunque no las pedimos, observé en otras mesas que sirven papas fritas hechas por ellos mismos, como las caseras, no esas de local de comida rápida!!! Si a todo lo anterior le sumamos una atención expedita, un local agradable y limpio y una cuenta de $9.000 antes de propina, realmente podemos decir que se trata de uno de los mejores deals de Santiago. Vuelvo sí ó sí.