El peor restaurant de comida italiana de Santiago
Estoy tan molesto por la experiencia que acabo de tener, que trataré de comentar bien los hechos.
Dia Lunes, 9 pm, Plaza Ñuñoa. Queriamos ir a Golfo di Napoli, cerca de la casa, conocidos del lugar y siempre ultra bien atendidos y los platos exquisitos, pero lamentablemente, estaba cerrado. Ante la indecisión y las ganas con que habia quedado de comer una pizza italiana, llegamos a La taverna della piazza, ubicado en la esquina nororiente de la plaza ñuñoa. Los precios no nos parecieron tan descriteriados asi que decidimos darle una chance. Para empezar, pedimos unos aperitivos y un antipasto. Mi amareto sour era zuko de limon con azucar y algo de amareto. Pésimo, dulce como té de abuelita y falto poco para que viniera tibio. El antipasto (no recuerdo el nombre exacto) era una delicioso mozzarella con tomates y albahaca en aceite de oliva. Lindo nombre para dos brochetas con 3 pedazos de quezo y 3 tomates cherry. Andabamos con paciencia y con cero ganas de pasar un mal rato asi que pedimos: ella, unos fetuccini con salsa 4 quesos; yo, pizza de camarones, ostiones y choritos.
Llegaron los platos: mi pizza, pequeña. La porcion de pasta me hizo recordar con nostalgia la comida del casino de la U. Pero eso no es todo. La pasta venia con una salsa (se suponia 4 quesos, uno espera sentir, por lo menos, el olor a queso) insipida, inolora, como que le pusieron leche y habia que esperar a que se hiciera el queso. Para qué comentar mi pizza: una masa de prepizza marca cena, con queso dos alamos y, contados, 5 camarones, 3 choritos y 3 ostiones...
Al mozo se le indicó el asunto de la salsa 4 quesos, a lo que fue a ver a la cocina. La respuesta fue que el chef se equivocó y esa no era la salsa (le puso salsa banca...). La reparación: el postre gratis. Si esa no era la salsa, y esa fuera la REAL explicación, primero: no cobro el plato. Por decencia. Segundo, ofrezco compensación o servir el plato para que uno vea que efectivamente se equivocó en la salsa. Nada de eso. Por lo tanto, la excusa muy poco creíble.
Resignados, y sabiendo que si uno reclama despues los platos vienen con sorpresitas, aceptamos el postre: una torta de castañas. La verdad no puedo decir si era buena o mala porque venia tan congelada que haciendo toda la fuerza que con una cuchara se puede hacer hasta doblarla, no fue posible sacar un pedazo, que no fuera el merengue.
Supondrán que pagar por ese bodrio hace que alternativas como el doggis parezca cocina de autor. Lo unico que pagué con gusto fue la propina pues, a pesar de todo, el mozo tuvo excelente disposición hasta donde entendemos, él puede hacer.
Por lo tanto, no vaya nunca a LA TAVERNA DELLA PIAZZA. Déjelo quebrar. No fomente lo malo y que ese espacio quede libre para alguien que haga bien las cosas.