El Faisán con Papas Fritas

Escrito por: f
F20 Oct 2011
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Una historia para entretenerse un rato, donde se justifica la infidelidad de Hugh Grant cuando se metió con una prostituta feucha, mientras pololeaba con la Elizabeth Hurley.

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Cuando chica le decía a mi papá que podría comer pollo con arroz todos los días. Una vez me dijo: ¿tú conoces la historia del Faisán con Papas Fritas*? Como mi memoria era frágil, le dije que no, entonces comenzó el relato.

"En un lejano reino existía un rey casado con la más hermosa de las mujeres. Una noche, uno de los guardias reales, haciendo su típico recorrido por los pasillos del castillo, se encuentra con el rey saliendo sigilósamente del dormitorio de la cocinera, con los pantalones abrochados a medias y las mejillas rosaditas. El guardia, sorprendido y confundido, enfrenta al rey:

- Su majestad, ¿qué hace a estar horas saliendo del cuarto de una criada?

- Soy el rey y no tengo que darte explicaciones. Tu insolencia te costará un castigo. Mandaré a la guardia real a que te encierren en el calabozo por un mes.

- Pero su majestad, mi pregunta solo era fruto de mi confusión. Su señora esposa es la mujer más bella del reino, batallas podrían pelearse por su mano. Es usted el hombre más envidiado en kilómetros a la redonda. ¿Cómo puede usted serle infiel con una simple mujer?

- Eres un guardia fiel y a pesar de que esta irrupción es una falta de respeto enorme, quiero que no lo pases tan mal, y al mismo tiempo aprendas una lección. Daré instrucciones para que te cocinen todos los días el plato que más te gusta. ¿Que te gustaría comer?

- Su majestad, mi plato favorito desde que era un niño y vivía en el campo con mis padres, es el faisán con papas fritas.

El guardia fue encerrado esa misma noche. Al almuerzo del día siguiente, apareció un criado con una bandeja y una enorme fuente de plata, la cual al ser levantada, liberó vapores con el delicioso aroma del faisán recién asado, cubierto en su crocante y al mismo tiempo jugosa piel, con todos sus condimentos y especias, y de acompañamiento unas papas fritas caseras, de grueso corte, en su punto, doradas a la perfección. El guardia se dio el festín de su vida y terminó relamiéndose los bigotes, con el primer botón del pantalón abierto, una servilleta manchada por los jugos del faisán, y ua sonrisa de oreja a oreja de entera satisfacción. Al cabo de un rato, aparece el rey en el umbral de la reja metálica.

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- Pues bien, ¿que tal te ha parecido el faisán con papas fritas?

- Su majestad, ha sido el faisán más delicioso que he comido en mi vida, y las mejores papas fritas de todos los tiempos. Estoy enteramente satisfecho, no puedo agradecerle por tanta amabilidad. Aunque aún no entiendo porque, a pesar de estar en penitencia, me ha premiado así

- Me parece muy bien que te haya gustado tu comida. Pero todavía no has aprendido la lección.

A la comida se repitió la misma escena, apareció el criado con la bandeja trayendo exactamente el mismo menú. El guardia comió, disfrutó y durmió todavía saboreando el sabroso faisán en su boca.

Después de varios días, el rey se acerca a ver el guardia y le pregunta una vez más por el menú. El guardia con una sonrisa, le responde que ha estado muy bien todo. El rey dejó pasar tres semanas, hasta llegar donde el guardia, después de la hora de almuerzo, y hacerle la pregunta:

- Y bueno, ¿como estuvo el faisán con papas fritas?

- Su majestad, he comido como los dioses durante mi reclusión, y lo he disfrutado al máximo, incluso unos kilitos me he echado encima. Pero para serle bien sincero, después de comer esto almuerzo y cena, estoy un poquito aburrido.

- Ahh... ahora me entiendes???"

*Basado en ningún hecho real.

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