Di Vino, una decepción absoluta...
Hola amigos de LBV, bueno en esta oportunidad sugerí a mi pololo que almorzaramos en el restaurant Di Vino ( en el Hotel Gervasoni) , luego de asistir el domingo pasado al concierto en las alturas en la iglesia St. Paul fuimos a almorzar a este lugar que de divino no tiene NADA, nos ubicamos en la terraza, super agradable el lugar, pero ya se notaba lo caótico en la atención, nos sentamos y por lo menos se demoraron 5 minutos en traernos mantequilla y galletitas crackelet... Inmediatamente le pedimos la carta, debe agradecer el dueño que ese día había un sol esplendoroso y nos dedicamos a hacer fotosíntesis mientras esperabamos, comenzamos con las típicas aguas minerales, mi pololo pidió una cerveza Heineken... No había, solo trabajan dos marcas, Kross y Kunstmann, en fin, tomó la Kross, yo pedí un Chardonnay sour, esto fue lo único que no demoró en llegar, estaba bueno, de entrada para compartir unas machas a la parmesana, demora, demora, demora, como vimos que reinaba el caos, nos decidimos por un plato simple, nos quedamos porque el sol estaba rico y ya nos habíamos acomodado, llegaron las machas frías... de fondo pedí una reineta con salsa de mariscos acompañado de arroz con semillas de amapola, mi acompañante pidió congrio con ensalada, pedí una ensalada y llegó después de que terminé de comer, en fin... estabamos de buen humor y no quisimos comer postre ya que mi pololo me dijo, vamos a estar hasta las 7 de la tarde si queremos postre, mejor comemos el postre en el Agua de Piedra en Curacaví (así lo hicimos...) La parte graciosa es que pedimos la cuenta y se demoraba, demoraba, demoraba, paremonos dije yo así creen que nos vamos a ir sin pagar y la cuenta llega más rápido, NADA, tuvimos que preguntar a quien le podiamos pagar porque estabamos apurados y aquí ocurrió lo insólito y esto ejemplifica el caos en el Di Vino , la señora que está a cargo del asunto nos preguntó que cosa habíamos comido porque el garzón no se sabía la mesa... tuvimos que ir a una oficinita y le nombré lo que consumimos y ahí nos dieron el sablazo, para el tipo de atención es muy caro, el garzón nunca supo que nos fuimos, la cuenta se la pedimos a la señora que intentaba conducir este restaurant, seguiremos buscando alternativas interesantes donde almorzar... Saludos a todos