Desilución maxima = SUQUET!
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Hola deseo comentarles de la desilusión que tuve la semana pasada al visitar un muy recomendado restaurante por parte de algunos de los miembros de LBV.
El jueves pasado junto con un grupo de amigas nos dirigimos felices a celebrar la vida y la posibilidad de conocer nuevos e interesantes sabores. Al llegar al “Suquet” describí interesantes razones para elevar mis expectativas, una buena ubicación, Av. Condell 868 - Providencia casi al llegar a Rancagua, con estacionamientos en la calle pero con disponibilidad, una linda fachada blanca con un camino de madera que invita a entrar, una decoración interior llamativa, de todo mi gusto y una amable y muy cordial bienvenida por parte de la mesera que nos atendió toda la velada.
Nos traen la carta y decidimos por dos amaretto sour y un chardonnay sour que estaban deliciosos, altamente recomendable, frescos, dulces y no muy fuertes. Para acompañar los tragos pedimos un plato de pejerrey, los cuales creo que son la especialidad de la casa, deliciosos!!.
Para plato de fondo yo pedí una “Merluza con Risotto de Mariscos”, una de mis amigas pidió el “Osobuco al vino con setas, fritos de polenta” y la otra los “Ravioli rellenos con queso de cabra y humectados con aceite de oliva”, y aquí comienza la odisea, para mi completa decepción el Risotto estaba crudo, el arroz estaba casi graneado y frío, por lo que tuve que solicitarle a la mesera que lo viera con el chef a lo cual solo recibí un plato recalentado pero con el mismo arroz crudo que antes, la merluza por otro lado tenia una gruesa capa de sal, lo que no fue para nada un placer. El mayor desagrado fue el comentario del Chef: “el risotto es así y esta bien”…plop donde quedo eso que el cliente tiene siempre la razón y a falta de uno éramos tres los que opinábamos de la misma forma.
El ravioli no estaba mejor que mi plato, nadando en aceite y saladísimos, no aptos para personas con problemas de presión arterial.
El osobuco además de llegar frío estaba poco sabroso, lo único rico del plato eran unos fritos de polenta que realmente salvaron la noche.
Lo rescatable de la velada fue la buena atención de la mesera y la cordial comprensión que nos entrego al momento de plantear nuestra mala experiencia, pero a pesar de eso no tuvimos comentarios del dueño que se encontraba unas mesas más allá sacando cuentas.
Una total decepción, nada recomendable.