Boragó / Cocina de Autor.
Fue muy bueno. Así de entrada. Y quizás una de las cosas que ayuda a que la experiencia simplemente y en forma sencilla se dirija a que uno disfrute el momento, es que el "autor" no aparece. Se vuelve difuso. Ni los mozos reiteran su nombre como si el decir garantizara algo ni en cada plato aparecen sus iniciales. Se trata de comida a secas. Y en ese escenario es la chancaca o la zanahoria la que vence.
Cosas muy buenas:
a. El servicio. Muy amable. Correcto. Su broma cuando fue necesario. Respondieron las preguntas. Hubo muchas cosas que no conocíamos y a todas respondieron, al menos, con mucha convicción.
b. El cuidado de la puesta en escena. Las servilletas están pulcramente bordadas. Y si bien la carta podría ser algo más coherente en su parte gráfica, todo resulta claro, simple y sencillo.
c. El sabor. Si bien no soy muy dado a los sabores diversos, y tampoco estoy acostumbrado a la diferencia en el gusto, en cada plato efectivamente hay una intencionalidad en gusto. (No sé muy bien cómo explicarlo).
d. Hay un cuidado por el cliente. Y que hace que uno quiera volver. Que quiera contarle a otros por el lugar y el momento.
e. Sería uno de los lugares al que llevaría a alguien buscando que ese momento fuera muy especial desde la experiencia de comer.
f. Y si bien no es como para ir cada fin de semana. Anótelo como una opción cuando quiera darse un gusto.
(considere lector, al tiempo de evaluar lo escrito, que tenía una muy mala opinión de cierta cocina de autor, que en este caso resulta muy equivocada).
Buena.
Slds. r.