Ana María Restaurant: delicioso y oculto

Fuimos con mi pololo el día domingo recién pasado. Me sorprendió lo escondido que se encuentra el lugar: si no sabes bien donde queda, no te das cuenta pues no hay letreros ni nada afuera...

Es un lugar acogedor, con aspecto de picada, pintoresco.

La atención fue buena, aunque los garzones algo dispersos (nos atendieron como 3 distintos), me imagino por lo atareado de la hora de almuerzo.

Partimos con un kir ana maria (espumoso y mustia, un fruto sureño bastante bueno) y un pisco sour a la peruana. De entrada fue un carpaccio de ostiones, que hay que decirlo: no se veian como ostiones, aunque sabían a ello. No logramos descifrar cómo se preparaba ese plato. Rico. Acompañándolo, un pulpo a la gallega, sumamente sabroso, con bastante aceite de oliva.

De fondo: ciervo a la cacerola y filete de avestruz, ambos platos exquisitos, bien preparados.

Postre: torta de chocolate, sin ninguna gracia, la misma que se compra en el supermercado, lejos no es su punto fuerte.

La carta es muy variada, tienen carnes y pescados exóticos (por ejemplo, ancas de rana, el plato que queríamos pero estábamos fuera de temporada), los precios bordean los 6 a 8 mil pesos el plato (aunque hay otros más costosos)

Totalmente recomendable si queres probar algo distinto.