Bote salvavidas, solo un buen recuerdo

Escrito por: juan carlos3991
F31 Oct 2011
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Como un enamorado de Valparaiso, he recorrido cientos de veces sus rincones, perdiendome por sus calles, cada vez, buscando nuevos lugares donde comer, tomar un traguito o simplemente meditar saboreando un rico cafe.

Esta vez, quise almorzar en el j.cruz, lamentablemente, estaba llenisimo, asi que viendo que se hacia tarde y mas que almorzar, seria un almuerzo-once, decidimos ir al bote salvavidas, un lugar donde uno sabe que va a la segura o eso era lo que pensaba despues de hurgar en mi memoria.

Absolutamente no tiene nada que ver con lo que era, empezando por los estacionamientos, que para alguien que tiene dificultades para caminar, como es mi caso, es practicamente una tortura ir alli, no existen estacionamientos para discapacitados, a pesar que la legislacion obliga a los establecimientos del rubro, tener un minimo de estacionamientos para discapacitados fisicos, mujeres embarazadas y tercera edad pero estos brillan por su ausencia. Despues ni que decir de la atencion, si uno va en pareja, debe olvidarse de que lo tomen en cuenta, porque a medida que van llegando los clientes, se les da preferencia a aquellos que van en compañia de mas de una persona, en mi caso, iba con mi mujer y a pesar de ser discapacitado, me fueron dando largas con la mesa que supuestamente tenia reservada, eso a pesar de que yo me encontraba muy cansado de esperar y mi mujer echaba chispas, lo que motivo que ella le llamara la atencion al maitre para que se preocupara de mi situacion, al final, nos dieron una mesa que distaba mucho de lo que habiamos reservado.

Como entrante pedimos un jardin de mariscos, unas coca colas y nos llego de inmediato, sin problemas y muy bien swervido, el problema vino con el plato de fondo. Mi mujer un pastel de jaibas y yo una corvina rellena con espinacas , camarones y queso de cabra. Pues bien, los platos llegaron justo a la hora despues de haber terminado el entrante y porque les llamos la atencion, la verdad es que a esa hora uno ya tenia pocas ganas de comer por tanta tardanza en el servicio, despues el postre, el cafe y la cuenta, en la que esperamos en total, otras dos horas, yo practicamente con cara de buldog porque sentia que eramos como la legion maldita o el ejercito olvidado, ya que veiamos como aquellos clientes que habian llegado horas despues de nosotros, ya habian cancelado y creo que estaban de vuelta en santiago y descansando en sus casas, exagerando la nota.

Ahora bien, en cuanto a la comida en si misma, el pastel de jaibas, nada que decir de el, aunque habian abusado un poco de la mantequilla para ahorrar en la crema pero puntuaba como para ser comido. En cuanto a la corvina rellena, esta llego requemada, total y absolutamente seca, con su salsa un poco pasada y ya fria pero el hambre y la angustia pudieron mas y de mala gana termine el plato.

realmentre compararando el bote salvavidas con aquel de hace 20 años atras, es una verdadera verguenza, aquel restaurante que se destacaba en la quinta region por su atencion y buena comida, es ahora solo un recuerdo, sin ningun trato especial a quienes somos discapacitados fisicos y que con gran esfuerzo subimos su empinada escalera, de verdad, lamentable, creo que ya no volvere por ahi, hasta leer o saber que existe una nueva politica en que traten como gente normal a quienes tenemos problemas fisicos y su comida vuelva a ser la que era antes

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