Comida chilena no sólo en el 18.
Ayes, 18 de septiembre, tuve que trabajar, pero para compensar, salí a comer en la noche con mi familia. Pensando toda la tarde dónde podíamos ir, que estuviese abierto y no excesivamente lleno, encontramos en restaurant El Apero (Josemaria Escrivá de Balaguer 6400, Vitacura), el cual estaba abierto, convenientemente hasta las 00:00, y su especialidad era la ''''chilean cuisine''''. Me pareció extraño, ya que lo de ''cuisine'' no es muy chileno que digamos, y me dió la impresión que era uno de esos restaurantes carísimos donde las porciones son muy pequeñas.
Al llegar estaba casi lleno, menos mal que habíamos hecho una reserva, aunque llegamos un poco pasado de la hora, unos 10 minutos. Entramos y una chica nos recibe, y con un tono poco agradable hace un comentario: ''''Está un poco pasada la reserva ya...'''', menos mal que no fue ella la que nos atendió durante la cena. Nos muestra donde está la mesa (no nos lleva a ella), que estaba justo abajo de un parlante, por lo que elegimos otra. Debo reconocer que hasta ese momento estaba algo decepcionada. Luego, llega el garzón, su presentación podría haber sido mejor, pero era bastante agradable, atendo y divertido. Pedimos aperitivos, que estaban muy buenos, queríamos tomar borgoña pero lamentablemente ya no les quedaba. Pasamos a ver algo para picar, pero tampoco les quedaban empanadas, sólo tenian mariscos. Se entendió, ya que era 18 y no tenían como reabastecerse. Luego pasamos al plato de fondo, yo pedí un pastel de choclo, esperando que fuera tan bueno como los de campo y de un buen tamaño, los demás pidieron lomo, chupe de mariscos y cerdo. Llegaron los platos, después de bastante tiempo de espera, aunque con los aperitivos y la conversa no nos dimos ni cuenta. Estaban muy calientes, mi pastel de choclo casi hervía, asi que esperé unos minutos para empezar a comer. Era de muy buen tamaño y aspecto, y tenía una gruesa capa de azucar, que por lo menos para mí fue excelente. El pastel estaba exquisito, nada que envidiar con los del campo, la carne muy blanda, muy fácil de cortar, y el cerdo venía con una salda a base de vino tinto exquisita. Nada que decir, la comida estaba muy bien preparada. Si bien los precios sun un poco mas altos de lo común, casi ninguno pasaba los $10.000 pesos, recuerdo uno de mas o menos $15 mil, pero era para dos personas.
La carta es muy variada, tienen carnes, pescados, mariscos, hasta pastas. La selección de aperitivos es muy buena, y la carta de vinos lo mismo, de todo para elegir.
El ambiente era muy bueno, aunque al principio las cuecas estaban un poco fuertes, luego bajaron el volumen, y al lado de nosotros habia una mesa con huasos (huasos de Vitacura eso si), que ya con el aperitivo estaban contentos, y luego sacaron al argentino de la mesa a cantar en un pequeño escenario, por lo que asumo que a veces tienen música en vivo.
Nos fuimos pasada la 01:00, antes que los huasos nos integraran a su mesa o nos hicieran cantar, y nos fuimos contentos y satisfechos. El lugar es cien por ciento recomendable, eso sí, lo recomiendo para salis con familia o con hartos amigos más que para cena de a dos.