La decadencia de Ostras Azócar

En octubre 2010 tuve una muy mala experiencia en este restaurant. Escribí al sitio web y al propietario haciendo mi reclamo. Como 6 meses más tarde sigo esperando respuesta, comparto con ustedes mis apreciaciones: Santiago, 29 de Octubre de 2010 Don Ricardo Queirolo, A través de un mail que recibí desde su página web, obtengo su mail. Espero reciba la siguiente nota: Desde hace varios años concurro a su local de Calle Bulnes, con amigos, familia y muchas veces con clientes extranjeros que me visitan. En estos años he ido apreciando como el servicio y la calidad de la comida experimenta poco a poco un constante deterioro. Esto al parecer se ha acrecentado después del incendio que sufrieran. El viernes pasado (22 de octubre) concurrí con mi mujer y 3 clientes europeos, a eso de las 20:30 horas. (Al parecer nos asignaron la mesa 11 o 13) A la llegada, nadie para recibirnos. Recuerdo con nostalgia cuando el señor Chevallier (creo que era su apellido) salía a recibir a sus clientes como si fuera un amigo. Esa complicidad se ha perdido completamente en esta época de ?micrófonos? conectados directamente a la cocina? En esta oportunidad, nosotros parados en el pasillo y haciéndole gestos a los garzones que ni nos miraban entrando y saliendo del comedor del ala izquierda. Al cabo de algunos minutos un garzón (que más parecía un funcionario público) nos recibe muy poco cortésmente, más preocupado si teníamos reserva o no, que de darnos la bienvenida? Una vez en la mesa las cosas siguieron deteriorándose?. Le explico al garzón (del micrófono) que queremos degustar y compartir unos ceviches y luego machas a la parmesana y locos. El, sin escucharme me muestra un plato de 50 y tantos mil pesos como sugerencia diciéndome que ?eso es lo que usted quiere?? Logramos ponernos de acuerdo con unos ceviches y unos cocktails de camarones para empezar. Solicitamos vino Cuando llega el vino el garzón sirve y a la segunda persona le derrama varias gotas (suficientes para dejar una mancha) fuera de la copa y en el mantel. Su actitud fue increíblemente sorprendente. Dice ?perdón? y ni siquiera atina a secar el pie ni la base de la copa (Menos a cambiar el mantel por supuesto!!!) Llegan los primeros platos. El cocktail de camarones estaba incomible. Si se supone que esos camarones deben marinar en la salsa de tomate?.definitivamente sabían a crudos. El ceviche estaba bien preparado. Luego llegan las machas y los locos. Las machas algo recocidas. ?Demasiado? gratinadas, con mucho queso y algo secas (Nada que ver con las machas que recuerdo de ustedes, hace algunos años, donde eran cremosas y menos secas) Para terminar la decepción, los locos vienen acompañados de una mayonesa industrial completamente insípida, que en vez de potenciar el sabor de los locos, lo tornaba insípido a su vez. ¿No es posible que Ostras Azócar prepare una simple mayonesa para acompañar sus platos? A la hora del pago, el garzón estaba más preocupado de si se iba a dejar la propina o no que de explicar el detalle de la cuenta. En resumen, una LAMENTABLE visita a su local, que alguna vez personalmente recomendé como ?el mejor? en este tipo de comida. Comprenderá usted que a partir de esta experiencia, es probable que no vuelva a visitarlos muy pronto. Le recuerdo también que todos los estudios de marketing dicen que si un cliente se toma la molestia de escribir una carta, es sinónimo de que al menos 10 han sufrido o han experimentado cosas parecidas. En el ánimo de que Ostras Azócar recupere el prestigio pasado, se despide atentamente, Pedro González