Mi cuento con la gastronomía,
Mi cuento con la gastronomía, con la refinada, y la no tanto; con los sabores delicados del sushi, con el aroma fuerte de un caldillo de mariscos, con la elegancia de un cabo de hornos, y la alegría de un clos de pirque, con lo sutil de un tequila herradura silver, y lo estrambótico, de un ron mitjan. Mi cuento con la cocina, comienza con la causal de esta; el hambre, si el hambre de huevos a la ostra domingo antes de misa, del simple puré y salchichas por no haber lomo, del aroma emanado detrás del muro, azafrán, nuez moscada, curry, cordero, de los vecinos indios, del asado de fin de mes con chimichurri, la especialidad del viejo. Mi cuento con la cocina va de la cesar, a los porotos panchos viílla, de la majestuosidad de comer un salmón marinado al eneldo, degustar una copa de vino o rosal. y recordar a mi viejo con su pipeño y sus pejerreyes enredados en el chinguillo. Mi cuento con la cocina viene del delantal de mi vieja, con su ajo en el bolsillo, del pebre cuchariao, de las prietas y el pan amasado, mi cuento con la cocina fue la fusión de aromas, los nostálgicos recuerdos, los prohibidos sabores a coipo, loco, y alguno que no recuerdo. Mi amor por la cocina, me lo enseño la vieja lavando platos, improvisando de estos cuando el hambre se presentaba, sin que nadie la llamar; mi amor por la cocina va de la vieja gruñona y sus porotos de la sencillez y el amor de sus ollas. Mi amor por la cocina es esa olla llena de recuerdos, sabores lágrimas y alegrías, de los fritos de callampas, hoy salsa de hongos rayen lemu para spaghetti
Mi amor por la cocina es lo sencillo de sus aromas, lo místico de sus sabores, el recuerdo de mi vieja y su olla que cocina amores hoy en mi cocina