Tante Marlene
El sábado nos fuimos a almorzar comida alemana al Tante Marlene...andábamos con ganas de algo livianito...jajjaa...
Como es habitual, reservamos, en este caso a las 14:00 hrs. Como es habitual también, atendió su dueño. (ojo, es un lugar donde se debe reservar)
Cuando llegamos habían unas 4 mesas ocupadas, pero al paso de nuestra estadía se fue llenando el restaurante. Para los que lo conocen, sabrán que el lugar no tiene graaan capacidad, pero al parecer demasiada para la cocina y quienes atienden.
Debo decir, que si lo que se quiere es comer típica comida alemana, sin dudas éste es el lugar, pero recomiendo ir con calma, ya que puede demorar un poco el servicio. Yo creo que falta alguien que asesore al dueño, un buen metre o quizás un buen maestro de cocina. Como el dueño (que es un amor y muy educado) está en todas (contestar el teléfono, abrir la puerta, atender mesas, explicar la carta, etc.) llega un momento en que se colapsa el servicio y lamentablemente me tocó ver algunas malas caras.
Los mozos, 2 o 3 no eran precisamente de los expertos y se notaba. Por ejemplo, al lado nuestro teníamos una mesa de 5 y luego 2 de 2. En todas los platos llegaron dispersos, es decir, en la de cinco personas, después de mucho esperar llegó un plato...uno solo...y al rato otro, así hasta que completaron la mesa, el problema es que al primero que le llegó el plato cuando fue a comer, esperando que se llenara la mesa, se dio cuenta que su plato estaba frío, lo mismo al segundo comensal. Nosotros que veíamos con nervios la situación (que insisto se repitió en varias mesas, incluidos nosotros) pensábamos, es preferible esperar 5 minutos más, pero que lleguen todos los platos juntos y mientras los tienen todos, los ponen en el calienta platos de la cocina para que lleguen calientes a la mesa.
Además, al estar casi lleno, no habían varias cosas, entre ellas postres, no había strudels, ni kuchenes (que son sus fuertes) así que sentimos que ese día la cosa no funcionó del todo bien.
Ahora, la comida rica, bien preparada. Las porciones, para quedar bien, justitas, no para ir con ganas de quedar tirado en coma.
En cuanto a precios, nuestra cuenta final, con 25% de descuento de la tarjeta del diario fue de $32.000.- propina incluida.
2 aperitivos, un trozo de tarta de cebolla para picar mientras se espera, 2 platos de fondo (no pongo nombres porque no los recuerdo, el alemán no es lo mio) 2 copas de vino y un budín de pan con frutos rojos para compartir de postre.
Como ese día andábamos súper relajados, no nos importó la espera o desorganización con los platos, pero es algo que espero solucionen, ya que es un buen lugar con años de prestigio.
Saludos!